Cada fotografía de temporales marinos refleja con intensidad la fuerza indomable de la naturaleza: el mar embravecido se alza en gigantes muros de agua que chocan con violencia contra el litoral, mientras olas de seis y siete metros se desploman sobre la costa en un espectáculo tan poderoso como hipnótico. En estos instantes, el cielo, el mar y la tierra se fusionan para formar un gran caleidoscopio natural que se transforma segundo a segundo, a medida que cambian las nubes, el viento y la luz. La iluminación que surge en estos temporales es única: una luz casi mágica, a veces irreal, capaz de convertir lugares familiares en escenarios oníricos, en mundos imaginarios que parecen sacados de un sueño.
Los cielos se tiñen de negro profundo, gris plomo o azules que rozan lo mítico. El mar adopta una gama sorprendente de tonalidades, desde verdes esmeralda hasta marrones turbulentos o matices cenizos que revelan su tremenda energía. La tierra, por su parte, se ilumina con colores intensos y saturados que transmiten la vivacidad y la emoción del momento. Cada imagen captura un instante irrepetible en el que la naturaleza se expresa con toda su fuerza y poesía.
Estas obras no son solo fotografías; son ventanas a un mundo de sensaciones, momentos congelados en los que el poder del mar se encuentra con la serenidad y la belleza del paisaje. Son una invitación a llevar a tu hogar o espacio de trabajo la majestuosidad de los temporales más impresionantes del Cantábrico.
Temporales marinos surge de años de observación y de una profunda conexión con este entorno dinámico y cambiante. En 2016, este trabajo quedó plasmado en el libro ««Luz de tormenta. De Estaca de Bares al río Adour» de la editorial Lente Azul, publicado por la editorial Lente Azul, consolidando una visión personal y única del mar en su máximo esplendor.
Haz de la tormenta una obra de arte. Lleva su fuerza, su magia y su belleza a tu espacio.









